sábado, 9 de abril de 2011

Los juegos de Mourinho salen bien

Andoni Delgado Baz

El Real Madrid se presentaba en San Mamés con la Liga prácticamente perdida con los ocho puntos de distancia con el FC Barcelona. Después de jugar Champions League y con la vuelta pendiente para el próximo miércoles, Mourinho decidió mover el equipo e introducir muchas novedades. Cambios en defensa, medio campo y ataque; algo que podría tomarse como señal de abandono.
En la zaga, Garay y Albiol fueron los centrales, algo impensable en cualquiera de los momentos. Arbeloa tomó el carril izquierdo por lo que Marcelo y Carvalho esperaron turno en el banquillo, únicamente el portugués acabaría disfrutando de la Catedral. En el centro del campo descansaron Xabi Alonso, Khedira (no fue convocado) y Özil. Jugaron Lass, Granero y... ¡Pepe! Mourinho imitó al ex-seleccionador Carlos Queiroz y sitió el central brasileño (nacionalizado luso) en el pivote, por delante de la defensa. Salió bien, Pepe cuajó un buen partido mandando e incrustándose entre los centrales.
En la delantera faltaban el indiscutible Cristiano Ronaldo y el bigoleador europeo Adebayor. Los dos jugadores que entraron tenían algo en común. Ambos venían de mucho tiempo sin jugar debido a diferentes lesiones. Gonzalo Higuaín fue el ariete blanco y se le vio falto de velocidad y chispa, consecuencia lógica del tiempo de inactividad. Deberá ponerse a punto para la fase decisiva de la temporada. Kaká jugó por detrás, intentando darle salida al juego. Suyos fueron dos de los tres goles conseguidos en Bilbao, ambos de penalti, cometidos sobre Ángel Di María.
Ya en la segunda parte tanto Cristiano Ronaldo como Xabi Alonso dispusieron de minutos, suficientes para el portugués que vió puerta y cerró el partido.
Tres a cero en un estadio siempre complicado y habiendo ofrecido descanso a los hombres más importantes. Mourinho inventa, pero Mourinho gana.

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