En la trigésima jornada de Liga, la competición ya decidió su campeón. Con la derrota del Real Madrid ante el Sporting y la victoria del Barcelona en el Madrigal, los de Pepe Guardiola ven el título más cerca que nunca. Ni el más optimista o pesimista, depende desde donde se mire, puede imaginarse que esta temporada el Real Madrid pueda conquistar el título local. Con este panorama, al margen de las luchas por el descenso y diferentes puestos europeos, el foco para los dos grandes se centra tanto en la final de Copa como en los compromisos en Europa.El conjunto blanco sabe que ha dicho adiós a la Liga, y es de suponer que hecharán el resto en las dos competiciones en las que siguen vivos. La final de Copa del Rey el 20 de abril es lo más próximo a devolverle al Barcelona el golpe de perder un título. Antes incluso llega el doble duelo frente al Tottenham por los cuartos de final de la Copa de Europa. Mourinho sabe que el Real Madrid está obligado a ganarlo todo, y con un título ya perdido, la Champions es el escenario ideal para hacer buena la temporada. El pase a semifinales es obligado y allí podría esperar... el Barça, que antes debe eliminar al Shakhtar Donetsk ucraniano.
Sumar tres Clásicos en dos semanas, cada uno más importante que el anterior, sería una prueba para los corazones de la afición, pero un bello espectáculo para el espectador neutral. Lo único malo, la Liga ha muerto prematuramente, y ese Clásico del 16A en el Bernabeu ya no tiene mucho sentido.
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