Andoni Delgado Baz
Gabriel Omar Batistuta, rey del gol argentino, puede presumir de ser el máximo goleador de la historia con su selección nacional. Marcar 56 goles en 78 partidos con la albiceleste no está al alcance de cualquier persona, por lo que podemos entender la grandeza de un jugador como 'Batigol'.
Su ascenso al olimpo del fútbol fue muy rápido. En su Argentina natal jugó para tres equipos en tan sólo tres temporadas, dos de ellos los más grandes del país como River Plate y Boca Juniors. Luego triunfaría en Italia, donde logró echar raíces pasando nueve temporadas en la Fiorentina, donde se convirtió en ídolo y jugando después en Roma e Inter de Milan. Tras la gloria, decidió vivir dos años en el adinerado Qatar, liga en auge para viejos genios donde dar sus últimas clases con el balón.
Batistuta debe estar contento con sus triunfos, a los que sólo le faltarían dos grandes trofeos como el Mundial y la Champions League para estar reflejado como uno de los más grandes jugadores a nivel mundial. Sin embargo, a falta de esos premios, Bati se lleva el reconocimiento de la hinchada, de la gente que disfrutó con sus mejores goles, de ver un delantero de verdad, de los que para el pueblo, seguirá siendo el nueve que todos querrían en su equipo. Batistuta no se olvida...
Gabriel Omar Batistuta, rey del gol argentino, puede presumir de ser el máximo goleador de la historia con su selección nacional. Marcar 56 goles en 78 partidos con la albiceleste no está al alcance de cualquier persona, por lo que podemos entender la grandeza de un jugador como 'Batigol'.Su ascenso al olimpo del fútbol fue muy rápido. En su Argentina natal jugó para tres equipos en tan sólo tres temporadas, dos de ellos los más grandes del país como River Plate y Boca Juniors. Luego triunfaría en Italia, donde logró echar raíces pasando nueve temporadas en la Fiorentina, donde se convirtió en ídolo y jugando después en Roma e Inter de Milan. Tras la gloria, decidió vivir dos años en el adinerado Qatar, liga en auge para viejos genios donde dar sus últimas clases con el balón.
Batistuta debe estar contento con sus triunfos, a los que sólo le faltarían dos grandes trofeos como el Mundial y la Champions League para estar reflejado como uno de los más grandes jugadores a nivel mundial. Sin embargo, a falta de esos premios, Bati se lleva el reconocimiento de la hinchada, de la gente que disfrutó con sus mejores goles, de ver un delantero de verdad, de los que para el pueblo, seguirá siendo el nueve que todos querrían en su equipo. Batistuta no se olvida...
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