domingo, 13 de marzo de 2011

Vivir cuestionado, ser entrenador

Andoni Delgado Baz

Pocos puestos de trabajo son puestos en duda por más gente que el de entrenador de fútbol. En el deporte rey, cuando las cosas no funcionan como el jefe espera, es el eslabón más débil, el punto que antes se rompe sin parar a pensar que el problema puede estar en otro lado. Ya puedes tener una gran trayectoria, que dos derrotas en mal lugar te condenarán.
Es bien sabido que en Valencia es difícil ser entrenador, es un banquillo complicado, con poca paciencia por parte de una prensa y una afición que creen que el Valencia CF debería estar peleando la Liga con Real Madrid y Barcelona, además de plantar cara en Europa. Actualmente lo sufre Unai Emery. El mister vasco había alcanzado en los últimos tiempos algo de estabilidad, con cierto acercamiento con periodistas y aficionados, pero han bastado dos resultados negativos para ver su futuro de color negro en la capital de Turia. La última derrota por 4 a 0 en Zaragoza no ha gustado, menos aún si llega después de caer entre semana ante el Schalke 04 en los octavos de final de la Champions League. De nada sirve que el equipo se mantenga sólido como tercer clasificado en el torneo local, que su temporada esté por encima de las espectativas tras abandonar el equipo dos estrellas como Villa y Silva; en Valencia siempre se espera más.

No sabemos si Unai repetirá la próxima temporada en el banquillo de Mestalla, pero no debemos olvidar la trayectoria de un entrenador que se lo ha ganado y no merece el trato recibido. Su carrera como entrenador ha sido rápida desde el día que cogió al Lorca y lo ascendió; fichó por el Almeria, lo ascendió y lo mantuvo en la élite; para acabar en Valencia, marcando unos registros complicados dada la situación del club.

El trabajo de entrenador no es nada agradable, nadie les entiende, pero aman el fútbol.



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